sigue lloviendo...

Hoy fui  mi segunda reunión con las mujeres. Son (¿somos?) un grupo de mujeres que se reúne cada una o dos semanas para platicar de feminismos, de trabajos, de la vida... 

Llegué con ellas por un proyecto que había tenido pendiente desde hacía meses. Lo llevé con la directora del Museo de la Cd. de Tuxtla y ella me llevo ahí. A mí me encanta trabajar con mujeres, en general pienso que es más fácil el tránsito del discurso a la acción y viceversa, que están mucho más dispuestas a hacer las cosas, a trabajar colectivamente y que se permiten cuestionar lugares comunes con menos reticencia.

Hacía mucho tiempo que no me sentía parte de un grupo de mujeres. En este momento refuerza una sensación de pertenencia que sentí desde la primera semana, pero que no sabía si me gustaba  o no. Me sentía incómoda con la idea de tener un lugar en una ciudad que dejé hace 14 años, entre otras cosas porque revelaba que no tengo ese lugar en la ciudad en la que sí viví durante esos mismos años. Estoy siendo un poco dramática, tal vez. Una va construyendo sus lugares de a poco... pero la pertenencia sigue apareciendo ahí, cuando vuelves y descubres que los códigos, los tonos, las formas de hacer las cosas, te son cercanas. Cuando descubres que conoces a mucha más gente de la que creías, y encuentras resonancias donde no esperabas nada.  

Reconozco una emoción en tejer esta red, y aún cuando vislumbro momentos de desencuentro, por ahora me dejo arropar en las pláticas, las risas, la comida compartida.  





[Retomé mis clases de alemán, vuelvo a sentir el cerebro exprimido.]




                  Sigue lloviendo todos los días... ya no odio la lluvia, por ahora.

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