Hace varias semanas un buen amigo me invitó a escribir, en calidad de bailarina, un pequeño texto para una postal, que a su vez forma parte de la publicación de Ek Chapat, revista literaria. Me pasó una imagen como inspiración y me propuso que el texto usara la frase "No soy perra, soy perrísima". Probablemente no es algo que yo escribiría, pero el reto me pareció interesante. Finalmente me inspiré en la que considero mi manada: mujeres y hombres con quienes comparto un modo de senti - pensar el mundo. Les comparto el texto porque no sé si algún día tengamos acceso a las preciosas postales que se imprimieron en su momento.
NO SOY PERRA, SOY PERRÍSIMA…
cuando me río a carcajadas y me enamoro intensamente y me entrego al erotismo vibrante de mi cuerpo compartido.
NO SOY PERRA, SOY PERRÍSIMA…
cuando abrazo mi dolor, mi furia y mi coraje y grito y lloro y rompo todo y bailo frenéticamente y soy fuego y volcán en erupción. Cuando sostengo y cuido el llanto de mi madre, de mi hermana, de mis amigxs, cuando grabo en la distancia audios de 10 minutos para salvarnos el día, los corazones, la vida.
NO SOY PERRA, SOY PERRÍSIMA…
cuando me vulnero y soy flores, viento, canto suave al oído, caricia que se transforma en incendio. Cuando me balanceo apaciblemente en el aire, riego las plantas, desenredo el estambre de mis tejidos, trenzo el cabello de mis amigxs, escribo cartas de amor.
Cuando me quedo quieta para escuchar mi respiración.
SOY PERRÍSIMA… cuando corro, aúllo, marcho con la manada. Cuando acuerpo las maternidades de otras, cuando le pregunto a una desconocida si necesita de mi ayuda.
NO SOY PERRA, SOY PERRÍSIMA…
cuando me muevo al ritmo del caracol, cuando abrazo el bosque o me interno en la selva, cuando cuento estrellas y nombro constelaciones. Soy perrísima cuando me adentro en las banquetas rotas de la ciudad, cuando invito a bailar y no espero a ser invitada, cuando viajo sola, cuando perreo sola.
Cuando soy tierna y salvaje, NO SOY PERRA, SOY PERRÍSIMA.
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